El cuento que explica la crisis de 2007
- Joan Torras Ragué
- 8 sept 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 9 nov 2022
Vamos a explicar un pequeño cuento para facilitar la comprensión de cómo se originó la crisis, yo lo titulo “la manzana o el melocotón, a ver quién es más melón”, permítanme la broma, pero lo que ocurrió en 2007 es tan increíble que no es para menos: Imaginemos que yo soy un productor de fruta en almíbar (banco), y tengo diferentes productos: melocotón en almíbar (banca minorista, seguros), peras en almíbar (fondos de inversión) y manzanas en almíbar (hipotecas y construcción, crédito). Todos los productos los vendo en frascos de cristal con tapa de acero (empaque).
Sale una noticia en prensa (la euforia inversora por conseguir grandes rentabilidades a bajo riesgo), que explica las ventajas de la manzana en almíbar para el corazón y la piel comparado con los otros productos de mi negocio, que no son tan buenos supuestamente para la salud (binomio riesgo rentabilidad mejor que el resto de las líneas de negocio) y de repente la demanda de manzanas en almíbar aumenta.
Antes de la noticia, las manzanas en almíbar, que era una de mis líneas de negocio pequeña pero rentable, pasa a ser una de mis líneas de negocio principal.
Como hemos comentado, la demanda va en aumento, y cada vez contacto con más agricultores (la gente que se hipotecaba) para que me vendan su producción, la verdad es que las manzanas en almíbar que vendo tienen una buena calidad en comparación con la competencia, y un buen precio (al principio las hipotecas eran de buena calidad). Llega un punto en que (2007), entre la noticia y el boca-oreja, la demanda es tan elevada que ya no tengo posibilidad de comprar más manzanas a los agricultores, pero en ese punto pienso: hay muchas manzanas que no cumplen los requisitos de calidad (hipotecas subprime: riesgo de impago superior al resto), y que el agricultor las tira, por lo que si también compro las manzanas que no son óptimas a un precio más bajo, las puedo mezclar en el mismo bote y mejorar mi rentabilidad (bonos de hipotecas basura).
Es genial, soy un genio, y aunque la gente (inversores) no se da cuenta, está comprando por el mismo precio manzanas con más riesgo de indigestión o de enfermedades debido a la mala calidad de éstas.
Llega un punto en que todo un lote de manzanas en almíbar se contamina, e intoxica a buena parte de mis clientes (inversores que ven los primeros impagos de hipotecas), eran demasiado malas como para ponerlas en un bote, y el temor se apodera del mercado, mis clientes empiezan a rechazar mis productos, me los devuelven en masa (crisis de confianza) y no tengo suficiente dinero como para compensarlos a todos (crisis de liquidez).
Automáticamente dejo de comprar manzanas a los agricultores (ya no hay crédito ni para empresas ni para particulares) y muchos de ellos tienen que dejar de cultivar manzanas (quiebras); los que habían diversificado sus terrenos y plantaban varios árboles frutales a la vez ya no necesitan tantos trabajadores, ya que la manzana ya no tiene demanda, y tienen que empezar a despedir a sus trabajadores (las empresas sin crédito empiezan a reducir plantillas).
La producción que tenía almacenada empieza a caducarse, pero suerte que contraté un seguro (gobiernos) para que se hiciera cargo de las pérdidas, aunque tengo tanto stock que la compañía de seguros se queda al borde de la quiebra para pagarme la producción que se ha caducado (rescate bancario).
Hasta que nuevamente la demanda no mejore tendré grandes stocks de manzanas que no quiere nadie (stock de viviendas), mi negocio ha visto cómo los beneficios se reducían (beneficios bancarios), y como soy un genio tengo una segunda idea brillante: se me ocurre contactar con la Agencia de la Salud (bancos centrales) para que me ayuden y emitan notas de prensa relatando los milagros de las manzanas en almíbar, a ver si alguien se lo cree, y además, cogeré toda la producción caducada y la trituraré para hacer compota de manzana (SAREB) a precios ridículos.
Entre el seguro y la compota seguro que solucionaré el problema.
Empiezan a salir las primeras notas de prensa de la Agencia de la salud (políticas de los bancos centrales) y al cabo de un tiempo la demanda de manzana en almíbar mejora sensiblemente. Todo solucionado, ya puedo continuar con mi negocio de almíbares como si nada hubiera pasado.
El cuento tiene una moraleja, que dejaré querido lector que la interprete a su voluntad: siempre que queramos jugar al trilero, lo más importante es tener un buen seguro y mejores ideas, siempre habrá gente que se siente en la mesa para empezar a jugar, debemos ser pacientes y esperar al más estúpido, porqué como decía el científico más relevante de todos los tiempos, Albert Einstein: “hay dos cosas infinitas , el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro”, y siguiendo con las frases del Sr. Einstein, el sector bancario continua haciendo locuras sin haber aprendido nada, ya que “locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”. ¿Qué empaquetará en un futuro el genial productor de manzanas en almíbar con la esperanza de que esta vez todo sea diferente? Lo sabremos en menos de dos años cuando llegué la siguiente crisis, que todo apunta a que será de liquidez.

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